sábado, 26 de enero de 2008

De Ischadia a Ciempozuelos

Ciempozuelos es una población del Sur de Madrid a la que el intenso desarrollo urbanístico no le ha privado de su sabor a pueblo. Esta bonita ciudad conserva en su casco viejo monumentales rincones que muestran su rica y ancestral historia.

Detalle de la Plaza de la Constitución de Ciempozuelos

Ciempozuelos debe su origen a un primer asentamiento de población que pudo ser fundado en torno al año 180 a.C. bajo la dominación romana. Los primigenios pobladores podrían proceder de la ciudad de Puzol y de la isla de Ischia, en el Golfo de Nápoles. Esta población recibió el nombre de "Ischadia", del griego "Áridos higuerales" por la abundancia en la zona de este árbol.

El origen del actual nombre, Ciempozuelos, se debió a la construcción de un canal para surtir de agua a la población acarreándola desde un paraje llamado Buzanca, a unos 2 kms. Dado que el caudal no era muy abundante, se construyeron numerosos pozos de suministro para mejorar el flujo de suministro. Actualmente no quedan restos de esta obra fluvial.

He llegado a Ciempozuelos a las 11:30h de este Sábado 26 de Enero de 2008 en compañía de Fernando (Ratone) y familia, para disfrutar del cache temático que nuestro amigo Antonio (Cherokee) ha habilitado para darnos a conocer la localidad.
http://www.geocaching.com/seek/cache_details.aspx?guid=ae765b02-003f-43df-8682-4f31d9c7da3b

Aparcamos en las inmediaciones del viejo Matadero, que en un futuro albergará el Museo de Ventura Rodríguez, y tomamos la Calle Jerónimo del Moral en dirección hacia la Plaza de la Constitución. Merece la pena aquí hacer una parada en el Convento de las Clarisas, o Convento de Franciscanas de San Juan Evangelista, de principios del s. XVII, que a parte de su propio interés histórico-artístico, ofrece la posibilidad de adquirir los exquisitos dulces que las 14 religiosas de clausura preparan en su horno de leña (pestiños, rosquillas, pastas de té, etc).

Continuamos nuestro paseo hasta la Plaza de La Constitución, una típica Plaza Castellana que conserva con fidelidad la arquitectura autóctona de esta zona, y cuya visita nos trae inmediatamente a la mente su cierta similitud con la Plaza Mayor de la vecina población de Chinchón. Destaca en la plaza el edificio del Antiguo Ayuntamiento, del s.XIX.

Muy cerca de la plaza se encuentra el monumento conmemorativo a la antigua Maltería de la localidad, en el mismo lugar en el que se ubicaba esta industria, lugar ahora reconvertido en una bonita placita, presidida por una gran pieza de maquinaria que conforma el citado monumento, levantado en homenaje a todos sus trabajadores.

Continuando nuestro paseo desde la Plaza de La Constitución, muy cerca de ésta podemos encontrar la Plaza de Ventura Rodríguez, reconocido arquitecto e hijo predilecto de la villa, en la que podemos encontrar una fuente, que durante muchos años (hasta la década de los 70) fue el punto único de suministro de agua de la localidad. Esta fuente está coronada por una efigie al célebre arquitecto.

También en la misma plaza podemos encontrar la Iglesia de Santa María Magdalena, cuyo origen pudiera ser un primigenio templo mudéjar del s. XIV, y con un interior muy rico, decorado con placas de yeserías en tonos ocres y blancos, así como un retablo policromado en dorado, con un lienzo pintado por Claudio Coello en 1680.

Continuamos unos metros la marcha para ir a buscar la Antigua Escuela de Enfermería "San Juan de Dios", con una bonita y refinada fachada de estilo francés con frontones semicirculares de gran simetría, para después acabar en la estación de tren, cuyo azaroso proyecto comenzó en 1829 y finalizó en 1850.

Tras estas interesantes visitas, regresamos a la Plaza de la Constitución donde aprovechamos para encontrarnos con Antonio (Cherokee) y tomarnos juntos un aperitivo. Después fuimos todos juntos hacia la zona del cache, en un conjunto de cerretes a las afueras del pueblo, donde Fernando nos hizo toda una exhibición de las capacidades off-road de su todoterreno (Land-Cruiser KDJ), superando una zanja y un talud de tierra especialmente diseñado para impedir el paso de todoterrenos, con un ataque en diagonal con un cruce de puentes de libro y rozando con la panza y con el paragolpes en la salida, exprimiendo los ángulos del coche al máximo.

Desde la zona del cache, sobre un cerrete de yesos poblado casi exclusivamente por espartales, disfrutamos de las bonitas vistas a toda la vega del Jarama y sus característicos cortados o cantiles.

sábado, 19 de enero de 2008

El Cancho de los Muertos, ¿Historia o Leyenda?

La circular al Cancho de los Muertos, o también llamado Cancho del Camposanto, es una de las rutas clásicas de La Pedriza del Manzanares, y por extensión de la Sierra de Guadarrama. Todos los fines de semana decenas de excursionistas se acercan para perderse y disfrutar entre los riscos que componen este conjunto granítico, de altas paredes y espectaculares grietas, que así mismo lo convierten en un lugar de referencia para los aficionados a la escalada.
Vista del Cancho de Los Muertos desde Canto Cochino

Dice la leyenda, y también la sabiduría popular, que por esta zona de La Pedriza merodeaban y se guarecían un grupo de bandoleros llamados "Los Peseteros", que en cierta ocasión tomaron en cautiverio a una hermosa dama madrileña de rico y poderoso linaje con el fin de pedir un rescate por su liberación.
La belleza de la dama atrajo poderosamente al jefe de la banda, que quiso hacer de ella su amante y preservarla en exclusiva para sí mismo. Cierto día el jefe, teniendo que abandonar el campamento para perpetrar otro golpe, delegó la custodia de la dama a dos de los bandoleros de su grupo, en los que más confiaba.
Ocurrió que estos dos malhechores, traicionando la confianza de su jefe, y como la ocasión hace el deseo, decidieron sortearse a la dama entre ellos, con el fin de satisfacer sus más bajos instintos mediante el abuso y la vejación de la señora. Cuando el ganador se disponía a realizar la deshonesta cobardía, el otro bandolero, conmovido por los desaforados gritos de la dama, salió en su auxilio, iniciándose así una reyerta entre ambos que acabó con la muerte de uno de ellos.

El Jefe, al regresar, una vez enterado de lo acaecido, decidió ajusticiar a ambos bandoleros, aún estando uno ya muerto, despeñándolos por un cancho de altas paredes rocosas, como así era usanza y costumbre de administrar justicia sumarísima. Ordenó al bandolero vivo que acarreara el cadáver del compañero hasta estos riscos, y una vez despeñado, el jefe se dispuso a ejecutarle propinándole un fuerte empujón desde el borde del precipicio. Pero en el momento de caer, el ajusticiado agarró a su jefe de la pierna causando finalmente que ambos cayeran al vacío.
Por eso estos altos riscos se conocen desde entonces como Cancho de los Muertos. Al pie del cancho se abre un caos de grandes rocas y profundas grietas, donde se dice, por algún tiempo pudieron verse los cadáveres de los tres bandidos.
Fue Ricardo Laforest, uno de los precursores de la práctica del excursionismo y montañismo en la zona de Madrid, quien a comienzos del siglo XX recuperó para la memoria popular esta antigua leyenda, que se difumina con la historia, de la cual toma su nombre el Cancho de Los Muertos, o también llamado Cancho del Camposanto. Se la contó Ambrosio Esteban, un pastor local que apacentaba su ganado entre las jaras y riscos pedriceros.

Con el fin de acercarnos a conocer de primera mano la leyenda, llegué en compañía de María a la zona de aparcamiento de Canto Cochino en torno a las 9:30h de este agradable Sábado 19 de Enero de 2008.

Existen varias alternativas para llegar al Cancho de los Muertos, siendo quizás la más cómoda atacarlo desde el Collado del Cabrón por el PR-M1, tal y como recomienda la ruta circular que se exhibe en el aparcamiento de Canto Cochino. De este modo se alcanzaría la composición tras aproximadamente 3,5 Kms de marcha superando un desnivel (ascendente) de 300mts. En general el camino es relativamente sencillo y apto para cualquier persona sana.

Collado del Cabrón

Así pues tras tomar un café y un donuts en el bar cercano al parking, nos pusimos en marcha y cruzamos la famosa pasarela sobre el río Manzanares para ir a buscar inmediatamente el PR-M1. A estas horas ya numerosos excursionistas iniciaban sus correspondientes rutas, y al llegar al Collado del Cabrón concurrían aquí varios grupos que recuperaban fuertas antes de continuar la marcha.

En esta encrucijada de caminos, se puede disfrutar de una bonita vista hacia el Collado de la Dehesilla, con su contundente y pronunciada forma de "V" fracturando en dos mitades La Pedriza, dividiéndola así en la Pedriza Anterior y Pedriza Posterior.

Tomamos la senda que parte hacia el sur y que nos dejará tras algo menos de 400 mts en las inmediaciones del Cancho de los Muertos. Tras los primeros pasos por esta senda pronto aparecen a nuestra vista los altos riscos de la composición que nos marcan la referencia de aproximación.

A pesar del constante trasiego de gente resulta muy fácil poder disfrutar de la presencia de numerosa fauna en esta zona, donde podremos observar cabras montesas de espectacular cornamenta encaramadas en los más altos riscos. La especie autóctona se extinguió a finales del s.XIX o comienzos del s.XX, como así lo constató un naturalista que casualmente se llamaba Cabrera, en 1911. Los ejemplares que podemos encontrar aquí corresponden a una repoblación que se llevó a cabo entre 1990 y 1992, cuando se trajeron unos 50 ejemplares procedentes de la Sierra de Gredos (Ávila) y del Valle de las Batuecas (Salamanca).

Ejemplar de Cabra Montesa en las inmediaciones del Cancho de Los Muertos

Al cabo de unos 300 metros de marcha desde el Collado del Cabrón, encontraremos un hito en la senda señalizándonos el desvío hacia la zona del Cancho de Los Muertos. A partir de aquí siguiendo en la dirección señalizada encontramos un tramo azaroso en el que hay pasos donde tendremos que valernos de manos y piernas para superarlos. Estamos ya inmersos en una zona de altas paredes y espectaculares grietas, dentro de las entrañas del Cancho de Los Muertos.

Si nos abrimos un poco a una zona despejada, podremos disfrutar de extraordinarias vistas, hacia el Este, domina la perspectiva el Collado de la Dehesilla marcando el profundo valle de los Arroyos de La Dehesilla y La Majadilla, que separa los dos macizos pétreos, el anterior y posterior de La Pedriza.

Y al abrirnos hacia el Oeste, disfrutamos con la vista de la Maliciosa y la Sierra de los Porrones, así como las cumbres nevadas de La Cuerda Larga, donde espectacularmente resaltaban las Cabezas del Hierro.

Vista hacia La Maliciosa y Cuerda Larga

No dejamos pasar la oportunidad de haber visitado el Cancho de los Muertos para activar un geocache con el que dar a conocer un poco más si cabe esta bonita zona:
http://www.geocaching.com/seek/cache_details.aspx?guid=3c12d191-5ab4-41ff-9ceb-5fab719e7df2

Para regresar, en lugar de retomar la senda y continuar hacia el Sur en busca del PR-M1, tal y como recomienda el itinerario clásico, con el fin de alargar un poco más el paseo retrocedimos hasta el Collado del Cabrón, y tomamos la senda que desde aquí parte hacia el Oeste, bajando en zig-zag por el frondoso pinar, hasta salir al PR-M2, que ya nos dejará en Canto Cochino acompañando el cauce de bajada del Arroyo de las Majadillas.

Ficha técnica de la ruta y descarga de track en Wikiloc:

http://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=85066